
¿Sabes que la web es donde suelen fallar la mayoría de los pequeños negocios? Pero, ¿cómo puede ser si te acabas de gastar 3.000 € en una web nueva?
La página web es una relación amor-odio. Se empieza ilusionado, pero según avanza el proyecto, empiezan a surgir complicaciones y retrasos, que hace que mucha gente acabe harto.
Al final, cuando se acaba la web, mucha gente la deja ahí, olvidada para siempre. Y la web ha de ser el centro online de tu negocio para vender.
La web es lo único que te pertenece en internet
Esto es así. Tu perfil de Instagram pertenece a Meta, tu página de Linked pertenece a LinkedIn Corporation, tu perfil de Google My Business pertenece a Alphabet.
Y un error muy frecuente es olvidarse de la web y darlo todo en redes sociales, pensando que el esfuerzo compensará.
¿Esto que quiere decir?
Que si tienes un negocio de camisetas divertidas y un día Instagram decide que no gana suficiente por publicidad, tus frases molonas las empezará a ver menos gente, y no puedes hacer nada para evitarlo. (Y es lo que está pasando actualmente con el alcance orgánico).
El ejemplo más extremo lo tenemos en los negocios de Rusia que se basaban en Instagram. Un día tienes un perfil de 12 millones de seguidores, al día siguiente Instagram se va del país y tienes que empezar de cero.
En cambio, la web es tuya, siempre estará ahí. Las webs existen desde 1990, y estarán hay porque es la base de internet, pero las redes sociales y otras plataformas cambian, y no quieres depender de otra persona (¿Alguien recuerda ClubHouse?).
Has de controlar todos los aspectos de tu web
Otro de los grandes errores de un negocio es que no controlan su página web.
Esto puede ser porque te han programado la web desde cero. Al final, para cualquier cambio por pequeño que sea necesitan de un programador o diseñador, lo que te quita mucha capacidad de acción y aumenta el coste de mantenimiento.
Otra razón es porque usan plataformas de creación de web (como wix o 1and1). El problema de estas plataformas es que es un café para todos. Está bien para hacer webs sencillas, pero si queremos usar nuestra web como elemento de venta, antes o después veremos que la configuración está limitada.
Personalmente recomiendo usar WordPress, es un sistema extendido, bien conocido, y el 90% de los problemas es fácil de resolverlos en internet.
El objetivo de una web es convertir visitas anónimas en posibles clientes
Las tiendas online lo tienen muy claro. Sus webs sirven para convertir visitas en dinero. ¿Te imaginas un ecommerce que solo muestre los productos sin más, y como mucho una página de contacto? No tiene sentido.
En el caso de webs de servicios, el objetivo es convertir visitas anónimas en potenciales clientes. Para ello la web tiene que estar preparada.
La forma más sencilla es mediante distintas llamadas a la acción. Se suelen usar formularios con un lead magnet atractivo, que permite que la gente descargue información interesante a cambio de un email.
En esta misma web tienes varios repartidos en cada página y artículo del blog.
Una vez que tenemos un potencial cliente, ya puede empezar el proceso de venta.
¿Por qué capturar un email? Por estrategia. Es más fácil convencer mediante email marketing que directamente por la web.
Todas las páginas de tu web han de tener una función comercial
Si tu web solo muestra información, es que tienes una tarjeta de visita muy cara.
Cada página de tu web tiene que tener un objetivo. Las páginas más claras son la de contacto, y la de servicios, sirven para obtener clientes interesados en nuestros servicios. ¿Pero el resto?
El resto de páginas, como hemos visto, han de servir para capturar emails de personas interesadas en el contenido que ofrecemos, pero que no están en la fase de compra. Esto debería estar presente en todas y cada una de las páginas de la web.
Y ahora, ¿Ya tienes preparada tu web?