
Hay dos formas de hacer evolucionar y crecer un negocio: La de conseguir unos objetivos de negocio y la mentalidad de crecimiento. Y en función de cuál se elija, puede marcar el éxito o el fracaso del mismo, o que la evolución del negocio sea más o menos agradable.
Crecimiento por objetivos o mentalidad fija
Es la forma clásica de crecer. Marcamos unos objetivos que intentamos conseguir, como aumentar las ventas un 20%, aumentar la base de clientes un 15%, que el ticket medio sea un 30% superior. etc.
Es la mentalidad que se ve en las noticias, donde tal banco ha crecido un 5% en beneficios y otra empresa ha disminuido un 2% su facturación, lo que puede generar auténticos dramas en bolsa.
Esta mentalidad surge mucho de la literatura de marketing y negocio con los objetivos SMART, que sean cuantificables, limitados en el tiempo, etc.
Y su lado positivo es que te da una referencia muy simple de que hay que conseguir.
Pero es en esto es donde surgen auténticos dramas.
Porque se confunde el negocio con el objetivo. Y solo nos focalizamos en conseguir este objetivo.
He visto un montón de negocios cargarse estrategias de marketing, que por ser lentas, no daban el resultado deseado en ese periodo de tiempo, estrategias que era más sostenibles en tiempo y dinero que otras. Por ejemplo, cargarse la creación de contenido y pasarlo todo a publicidad. Cuando se acaba el presupuesto de publicidad, no tienes nada, mientras que de la otra forma sigues creciendo.
El objetivo marca el éxito o fracaso del tu negocio. Si aumentas la facturación más de un 20% eres un genio, pero si solo lo haces un 15% es un fracaso.
Y es una pena porque si hubieras marcado otro objetivo (y muchas veces estos objetivos se marcan muy a ojo), estarías contento y feliz. Pero como quisiste otra cosa, ahora te sientes defraudado y desanimado. Y todo el esfuerzo realizado sientes que no sirve.
¿Qué es la mentalidad de crecimiento?
Es una mentalidad donde se pone poco en los progresos y no tanto en los resultados finales.
Esta mentalidad no niega la importancia de los resultados, pero no esclaviza el negocio a los mismos.
Es una mentalidad abierta, no ignora las dificultades, pero una dificultad no es un fracaso. Se centra sobre todo en avanzar y progresar.
Y focalizarse en el progreso es, paradójicamente, lo que hace que consigas tus objetivos.
Porque un objetivo juzga en función de si has llegado o no, mientras que si estás en una mentalidad de crecimiento, tu objetivo es mejorar, comparte la idea del método Kaizen de mejora continua.
Otra ventaja de esta mentalidad, es que al focalizarse en progresar, es más fácil incorporar nuevas estrategias, canales o habilidades al negocio, porque su objetivo es progresar, mientras que en la mentalidad fija, da igual como sea el progreso si no se llega al objetivo.
Al final un negocio es mezcla de ambas mentalidad, esta claro que hay que marcar unos mínimos en determinados parámetros, pero la idea que quiero que te quedes es que fallar en un objetivo es normal, pero lo que permanece es la evolución que has hecho.